¿Doble limpieza facial? Siempre decides tú

Espero encontrarte bien en este recién estrenado año.

¡Sí! Casi todas estamos un poco agitadas estrenando agendas, marcando retos y potenciando las buenas intenciones. ¡Genial! Pero eso sí, sin agobios, queriéndose mucho y perdonándose mucho.

Y ahora entro de cabeza, en una pregunta recurrente que me hacéis.

Doble limpieza facial nocturna ¿Sí? ¿No?

Mi opinión: “siempre decides tú” pero…

¿De qué depende ese sí o ese no?
– De tu entorno de trabajo (ambiente, polución, humos, espacio…).
– También, de si te aplicas protección solar, maquillaje, polvos bronceadores, etc.
– O de si tienes la glándula sebácea muy activa.

Son algunas de las  tres situaciones que en mi opinión justifican  esa doble limpieza nocturna. Por la mañana tu piel estará encantada con un único paso para retirar tratamiento nocturno, toxinas, etc.  y preparar la piel para una buena absorción del tratamiento de día.

En caso de que tu piel se sienta más feliz con la doble limpieza, el primer paso debe ser con un limpiador que retire los restos oleosos y el segundo paso para retirar la suciedad soluble en agua.

Para el resto, con un buen limpiador amable y suave con la piel y una buena tonificación, bruma, elixir será suficiente.

A tener en cuenta: Activar el producto en la yema de los dedos para no masajear el rostro en exceso (que a veces se nos va un poco la mano), el agua debe estar a temperatura tibia,  ayudarte de una muselina de algodón para  retirar el limpiador y secar con mimo, sin frotar.

Y siempre y en todos los casos, tonificar para equilibrar el ph, hidratar, calmar y preparar. Esto hará que cuides mejor tu piel, lo que te garantiza una mejor salud cutánea, y un mejor aspecto.

Y ahora es tu turno, cuéntame tus gustos, preferencias, dudas…

¡Que te vaya bonito! ¡Nos vemos!

Ana